Lugar de artificios,
danzas y música.
Carne de franca sonrisa,
mente limpia y experimentada.
Belleza y fealdad,
sensaciones sin discrimen.
Líquido y humo,
perfume y hedor.
Envidia y deseo,
doncellas sin coraje,
anhelan su vida.
Pérfida sociedad,
oculta a natura.
Anhelo de todos,
ellas condenan.
Belleza y fealdad,
disfrutan sus flores.
Con aprecio para los amigos de Bípedos Depredadores, y con algo de desprecio también, escribo desde las blancas tinieblas, de una virginal danza… todo de blanco para acorralar al desprecio por la negrura. Equinoccio de verano, la elección anual de la carne, la mente persionada por la falta de albedrío: en la negra noche abusando de su inmensidad con los diminutos colores blancos, o el amarillo día de la infame estrella.
Julio Palacio
POEMA AL CHONGO