O lo que se espera que depare el 2017
No se requiere de capacidades especiales o de sobrenaturales poderes de predecir el futuro para saber con certeza que en año 2017 alcanzará con éxito la cima de la estupidez en el comportamiento humano.
En 2017 seguirán las Ordenanzas municipales a montón, que ni el alcalde local cumple, veremos entonces las veredas y parques de una ciudad re-diseñada al apuro y solo para los autos, llenas de excremento de los Animales cuyos dueños, es decir los otros animales sacan a pasear. Estos animales quitas las correas de «sus» Animales confiando que no morderán a quienes ciclean o corren en los parques mientras evaden con elegancia los excrementos; no saben que al igual que sus «dueños» pueden y de hecho lo hacen, caer en descontrol y atacar.
Y más ordenanzas que solamente los sordos no extrañan, y es que en este pedacito de Planeta llamado «carita sucia de dios» (copiando la jerga de los bípedosdepredadores) poco o nada importa la contaminación por ruido, sufren entonces las aves, y demás animales y humanos que habitan estas tierras, puesto que hasta las farmacias para promocionar su apertura y precios bajos de aspirinas, ponen parlantes enormes para romper el tímpano con un ruido espantoso que ellos dicen es «música». Lo hacen también las concesionarias de autos, salones, oficinas de burrócratas… los vecinos que festejan cualquier fecha al son de estridente ruido a todo volumen hasta la hora que el alcohol les permite; hay que entender su deficiencia mental. Las taras que llevan estas criaturas en su ADN, en el 2017 se mantendrán; sobre todo en aquellos nuevos «ricos» que son los peores, a sabiendas que su dinero lo hicieron en un gobiernillo local o nacional, presente o pasado, y a sabiendas que como buenos burrócratas llenos de titulejos de masterados y doctorados tienen las de ganar, obviamente sabrán en el fondo de su oligofrenia que inteligencia no tienen sino saperia (SAP OS), que cultura tampoco tienen sino quizá algo de instrucción. Saben lo que pasa, pero tienen miedo de perder su nuevo estatus, o que se prenda su rabo de paja.
En el 2017 el humo y el ruido, así como la ya conocida basura por doquier, sobre todo a la entrada y a la salida de cualquier pueblucho crecerá; al igual que crecerá el descaro de los candidatos a burrócratas de terno y corbata que cotorrean ante los medios de masas convencidos de la desmemoria de ésta.
Nos depara el 2017 un furibundo año para los peatones que vivimos en estas aldeas del cemento, de humo, de ruido y del excremento; todo está y estará planificado para los autos, primero son ellos, con sus pestilentes motores y sus frenéticos y cretinos conductores pegados en la bocina, y dispuestos a tirar el auto a cualquier peatón que ose cruzar la calle, o a arrimarse siniestramente a cualquier ciclista. Sobre los motociclistas y su descontrolada ansia por llegar a tiempo es mejor no hablar, salvo decir que sus piruetas entre autos causarán más muertes. Todos felices con el cretinismo colectivo hablando por teléfono a ojos vista de la autoridad municipal y policial.
Y claro todo terminará nuevamente con una descontrolada, furibunda y pestilente quema de mamarrachos de trapo y cartón, en medio de una infernal contaminación de ruido y hedor de alcohol, ante la mirada idiota de miles de espectadores que esperarán el año 2018.
¿Y qué sobre el mundo? Cien por ciento de lo mismo. Quien piense que mandan los presidentes de los países del «primer fundillo» han caído en la estupidez, porque seguirán mandando los poderes económicos, quienes manejan el planeta a su gusto mediante los títeres que ponen de presidentes, haciendo uso de esa palabreja que suena a obscenidad «democracia» . Seguirá mandando la necedad de producir cada día más, para que las masas tengan trabajo y puedan consumir más, cuidando que no se rompa el anillo del vicio del produce-consume. Más químicos se vertirán sobre las aguas y sobre la tierra, para producir más «alimentos» más «carne», más enfermedades para vender más medicamentos.
¿Pesimismo? No, pues esa palabra es la más usada por quienes gobiernan el cretinismo colectivo.
Quizá valga algo el retocar las palabras, inclusive hacer uso de las nuevas tecnologías al estilo Kaiser Report sabiendo que es hechar perlas a los cerdos. Como dijo H D Thoreau La desobediencia es el verdadero fundamento de la libertad. Los obedientes deben ser esclavos… hasta que el planeta aguante, el deseo de todos a ser como el «primer mundo» seguirá en las mentes de quienes hacen el cretinismo colectivo.
Desde el Panóptico Lorenzo Ponce,
sumido en profundo terror de que la fiebre amarilla vuelva, y amarillo escribí con nauseabundo horror.
Julio Palacio A2
Xavier Córdova A